domingo, 16 de enero de 2011

El niño pequeño y la Ciencia

            “¿Por qué ha pasado esto? ¿Por qué funciona aquello de esa manera? ¿Qué pasaría si…?” Los niños pequeños hacen diariamente estas preguntas sobre el mundo que les rodea. Por otra parte, los adultos les ayudan a ir aprendiendo por sí mismos las Ciencias. La Ciencia en la educación infantil está más interesada en el proceso que se sigue que en el producto final. Con los adultos y los niños mayores la enseñanza puede ser verbal. No ocurre lo mismo con los pequeños.  Para entender la definición de un término, estos niños tienen que estar físicamente actuando sobre un concepto en el que se utilice esa palabra. Un concepto tiene verdadero significado para ellos cuando lo han comprobado mediante exploración y manipulación.
            Los niños no necesitan aprender a explorar, preguntar y manipular; nacen con un fuerte deseo de hacerlo. Esta necesidad de tocar, manipular y explorar se ha llamado de muy diferentes maneras por parte de los psicólogos y educadores, que piensan que sienta las bases de todo futuro aprendizaje. A los niños les produce satisfacción el ser capaces de manejar y controlar cosas y resultados que están más allá de sus propios cuerpos, y les conduce a una clarificación y entendimiento de su mundo físico.
            A medida que van investigando las propiedades del mundo físico, los niños van añadiendo nuevos conocimientos a su propio bagaje. Cuanto más conocimientos adquieren, más fundamentación tienen para desarrollar nuevos conceptos. Al tocar, manipular, experimentar, sentir, etc., se hacen capaces de integrar esta información en conceptos preexistentes. De esta manera amplían y profundizan su comprensión del mundo que les rodea.
            En esta edad se debe poner el énfasis en que los niños entiendan las propiedades del mundo que les rodea. Pues sólo a través de la comprensión de las propiedades físicas del aire, del agua, del suelo, del tiempo atmosférico y otros fenómenos naturales, serán capaces en el futuro de resolver los problemas que se encontrarán al enfrentarse con el mundo real.
            Como se puede deducir de lo que acabamos de decir, la utilización de objetos reales y concretos es esencial en la enseñanza de las Ciencias en la educación infantil. El niño necesita tener el objeto para poder sentir y ver sus propiedades de una manera activa.
            Cuando se utilizan materiales elaborados, que “no se pueden tocar” para un experimento, el niño se entera de muy poco, pues no los conoce. Esta es la razón por la cual usamos objetos que ellos ven todos los días y que son de uso común.  Si el profesor va a introducir materiales nuevos, éstos deben dejarse a mano para que el niño los observe y los vea antes de utilizarlos.

           
           Aquí os dejo un experimento que podéis realizar en el aula:

Actividad: La escarcha
QUÉ APRENDE EL ALUMNO:
Los cambios en la temperatura producen rocío. La escarcha es rocío helado.
MATERIAL QUE SE NECESITA:
Una lata con una tapa que se pueda quitar. Sal gorda, hielo picado.

QUÉ HACE EL PROFESOR:
- Hacer que los niños pongan dos vasos de hielo picado y vaso de sal en la lata.
- Que los niños den vueltas a la mezcla con rapidez.
- Después que vayan a realizar otra actividad y decirles que vuelvan a la media hora. Cuando vuelvan observarán que en la parte de fuera de la lata habrá rocío. Si se espera un poco más el rocío se habrá convertido en escarcha.
DE QUÉ HABLA EL PROFESOR:
- Sobre el origen del rocío y cómo se forma.
- Hablar también de cómo el rocío se transforma en escarcha.
OBSERVACIONES SOBRE EL EXPERIMENTO:
Al enfriarse la lata, la humedad que hay en el aire se condensa sobre la superficie fría. Al enfriarse más la lata, el agua sobre su superficie se hiela y se forma la escarcha.

miércoles, 12 de enero de 2011

Experiencias en el aula

Las pizarras digitales: adiós, tiza, adiós
               
                El colegio San Miguel, pionero en el empleo de pizarras digitales, nos abre sus puertas. Rosario Castro, su directora, destaca la mayor motivación del alumno y la implicación de todo el profesorado antes el reto de nuevas tecnologías en el aula.
                El CEIP San Miguel, en el madrileño barrio de Hortaleza, lleva dos cursos empleando la pizarra digital interactiva (PDI) y el balance no puede ser más positivo. Su directora, Rosario Castro del Río, nos explica que “hace dos años realizaremos un Comenius y un grupo de profesores del centro visitaron colegios de Reino unido y Suecia. Ante la evidencia del potencial de renovación metodológica e innovación pedagógica que puede aportar las PDI, en el curso 2007/2008 nos planteamos como objetivo de centro comprar pizarras digitales para varias aulas de primaria. En septiembre de 2008 comenzamos la experiencia, quitando las pizarras de tiza e instalando las PDI en el tercer ciclo de primaria”.
                Un trimestre bastó para evaluar los logros que podían conseguirse y todo el claustro se mostró partidario de instalarlas en todos los cursos de primaria. El ciclo de educación infantil no las disfruta de momento, “pues estamos centrados en el rincón de informática, en que familiaricen con los ordenadores, el ratón…” Sin embargo, vistos los resultados obtenidos con los alumnos de primero de primaria se concluye que la experiencia será igualmente positiva en los más pequeños.
                Rosario Castro es categórica al afirmar “el aumento de motivación y participación por parte del alumnado. Niños con déficit de atención han mejorado. Todos están deseando salir y trabajar en la pizarra, que en todo momento es controlada por el maestro, por lo que no hay riesgo de que el alumno se disperse accediendo a páginas de internet no deseables”.
                Otra de las ventajas es la duración y conservación de los contenidos. “Antes, lo que el profesor escribía en la pizarra se borraba y se perdía. Con las PDI se guarda y se puede volver a utilizar cualquier otro día. Lo mismo ocurre con los ejercicios de los niños, que pueden archivarse en la carpeta del alumno”.
                Los profesores de este centro destacan la comodidad de la interacción directa sobre la PDI sin necesidad de usar el teclado o el ratón; poder escribir de manera manuscrita y subrayar sobre la pizarra; almacenar pantallas y recuperarlas; y las funcionalidades del software asociado a las pizarras digitales que facilita la elaboración de recursos.
                En el centro todos piensan que la pizarra digital “resulta útil en todas las asignaturas y niveles educativos, proporcionando muchos recursos visuales y nuevas posibilidades metodológicas que facilitan la presentación y comprensión de los contenidos, el tratamiento de la diversidad, el aprovechamiento educativo de internet, la realización de actividades más dinámicas y una mayor motivación y participación de nuestros alumnos pudiendo contribuir a reducir el fracaso escolar”. En la actualidad hay una PDI por aula. En el colegio San Miguel ya no queda ni una tiza.

La higiene personal

                En la educación infantil tiene una gran importancia la adquisición de buenos hábitos de higiene. La clase es un buen lugar para introducirlos y ejercerlos. Es la ocasión para sensibilizar a los niños con la noción de aseo y de enseñarles a conocer mejor las diferentes partes de su cuerpo (esquema corporal).
                El maestro puede introducir diferentes actividades para concienciar a los niños de la importancia de la higiene personal. Estas son algunas propuestas:
  •  Recortar imágenes de cuartos de baños que podemos encontrar fácilmente en los catálogos publicitarios, describiremos lo que vemos en ellas. Identificaremos el cuarto de baño como una pieza importante de las casas y animaremos a los niños a describir las diferentes actividades que los miembros de la familia realizan en ella: “mi papá se afeita”, “mi hermano se baña”, “mi mamá se peina”, “yo me lavo los dientes”…
  • Identificaremos en el aula y en el colegio los espacios en los que cada día realizamos actividades de  higiene personal. Los visitaremos, describiendo los objetos que se encuentran en ellos y las acciones cotidianas que nos evocan.
  • Podemos emplear cuentos en los que los protagonistas realizan este importante hábito. Después de leerlo, lo comentaremos con los niños. De la misma forma, se pueden utilizar todo tipo de materiales multimedia relacionados con este tema (dvds, cds…)
  • Realizar un sencillo juego psicomotor, representando las diferentes acciones de higiene que realizamos en el día, desde que nos levantamos hasta que nos acostamos.

Estudio sobre la salud del profesorado

    
            Un  44’5% de los docentes ha consultado al médico en los últimos doce meses por alguna enfermedad  relacionada con el trabajo y un 11’39% por problemas con la voz. Así los demuestran los datos más significativos de un estudio epidemiológico realizado entre 1.027 trabajadores (el 70’8% profesores y el 26% profesores), de 80 colegios de titularidad privada ubicados en doce comunidades autónomas y de todas las etapas educativas. La edad media de estos docentes era de 41 años y su antigüedad en el trabajo de 16 años. El 47’2% trabajaba entre 25 y 34 horas lectivas a la semana y el 5% más de 35 horas.

            El estudio ha sido promovido por la Federación de Enseñanza de CCOO y financiado por la Fundación para la Prevención de Riesgos Laborales, con la colaboración de FETE-UGT y la patronal CECE.

            El 45’7% de los docentes que participaron en el estudio reconoce que el trabajo le afecta a su salud, siendo los de Educación Infantil y Especial y los que tenían más antigüedad los profesores más afectados. Un 55’7% toma medicamentos de forma habitual.

            Las enfermedades relacionadas con la voz constituyen una de las patologías de mayor incidencia en este sector profesional, que, junto a una acústica y una ventilación deficientes, son elementos comunes en el estudio epidemiológico. Los nódulos de cuerdas vocales no son la patología más frecuente. Esta dolencia fue reconocida como enfermedad profesional en enero de 2007.

            Asimismo, las condiciones medioambientales relacionadas con la acústica y la calidad del aire en el interior de las aulas son factores determinantes de estas dolencias. Sin embargo, un hecho decisivo es la falta de formación del profesorado en cuanto al uso de la voz durante su actividad docente. Otro dato significativo que se desprende del estudio es que el 32’8% de los trabajadores con problemas de voz desea cambiar de profesión. Por todo ello, los autores del estudio proponen ampliar el cuadro de enfermedades profesionales a otras patologías relacionadas con el uso profesional de la voz.

            Por lo que respecta a las condiciones estructurales y ambientales de los centros que participaron en el estudio, los autores del informe muestran su extrañeza ante la ausencia de ventilación mecánica en las aulas estudiadas, un factor que contribuye a amplificar la presencia de bacterias, como se detectó en más del 60% de las clases, además de dificultar la labor docente y de dispersar la atención del alumnado. La ausencia de ventilación mecánica supone un incumplimiento del real decreto 486/97 sobre ventilación.

            Por otra parte, los trastornos músculo-esqueléticos, las enfermedades infectocontagiosas y, sobre todo, las enfermedades psicosociales tienen una elevada prevalencia e incidencia en el sector docente.